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Ya teniendo encuadrado el tipo de embarcación y sus piezas artilleras, deberemos averiguar qué tipo de  ellas eran:

Cañón violento

 

No es otra cosa que una pieza de campo, un cañón ligero de uso en un batallón o en una batería volante, pudiendo ser de 1 a 4 o 6 libras, de bronce por ser mas ligero y maniobrable. De los posibles y tras leer los estadillos de la maestranza artillera de la ciudad elegiremos uno de a 6

 

En esta lámina del tratado de artillería de Tomás de Morla podemos ver a la derecha uno de dicho calibre

 

y en esta otra los obuses

 

Solo nos queda determinar la indumentaria, e impedimenta de los defensores

 

1º Batallón "Voluntarios de Aragón"

 

Recreación

 

Folclore:

Los sitios en la música

La decidida resistencia fue inmortalizada en una copla cantada como jota, convertida desde entonces en uno de los símbolos típicos con los que se relaciona Aragón y Zaragoza:

La Virgen del Pilar dice

Que no quiere ser francesa

Que quiere ser capitana

De la tropa aragonesa

 

Hay, además, una jota popular muy emotiva:

Aquel que quiera saber / lo que Zaragoza vale / que pregunte a los franceses / que los franceses lo saben.

 

Una lancha cañonera

por el Ebro abajo va,

una lancha cañonera,

y la Virgen del Pilar

es la mejor artillera,

es la mejor artillera,

por el Ebro abajo va.

 

Hay una zaragozana

al otro lado del Ebro,

hay una zaragozana,

y si no sabes quien es

Virgen del Pilar se llama,

Virgen del Pilar se llama,

al otro lado del Ebro.

Fuente: Las canciones del pueblo español. Juan de Aguila (Unión musical española)  Pàg. 56

 

La Academia General Militar, ubicada en Zaragoza, incluye en su himno una referencia a los Sitios:

"...Honor y Gloria para España

Zaragoza con sangre ganó

y en el solar Zaragozano

mi alma el temple recibió..."

 

El músico Cristóbal Oudrid, compuso una conocida pieza para banda militar, que lleva ese nombre, El sitio de Zaragoza, audición

 

Los sitios en la literatura

Literariamente, la mención de los sitios tampoco ha sido escasa. Benito Pérez Galdós, uno de los mayores novelistas españoles, dedicó uno de sus Episodios Nacionales, con los que pretendía narrar la historia española en el siglo XIX, a Zaragoza y sus sitios (véase Zaragoza (Episodio nacional)), inmortalizando así esta heroica resistencia. El libro contribuyó a mitificar la lucha, haciendo famosas las siguientes frases:

¿Zaragoza se rendirá? La muerte al que esto diga.

 

Zaragoza no se rinde. La reducirán a polvo: de sus históricas casas no quedará ladrillo sobre ladrillo; caerán sus cien templos; su suelo abriráse vomitando llamas; y lanzados al aire los cimientos, caerán las tejas al fondo de los pozos; pero entre los escombros y entre los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde.

Benito Pérez Galdós.

 

XXI PREMIO Los Sitios de Zaragoza 2006 de la Asociación Cultural “Los Sitios de Zaragoza”

Jaime Latas Fuertes

El Ebro en Los Sitios de Zaragoza

 

Operaciones militares de la lancha cañonera Ntra. Sra. del Portillo

 

El 15 de enero a las 2,30 de la tarde, y aprovechando una espesa niebla que ocultaba los preparativos, partió la barca artillada Nuestra Señora del Portillo aguas arriba de la ciudad. La barca se desplazaba sigilosamente arrastrada por sirga desde la orilla y llegando al Soto de Mezquita quedó amarrada, los tripulantes descendieron y atacaron al enemigo. Pero dejemos que sea el mismo Comandante responsable de esta operación, el capitán Nicolás Henarejos, que nos lo cuente por su propia pluma:

“D. Nicolás Henarejos, capitán del batallón de tropas ligeras de Floridablanca, y como Comandante que soy de la Lancha de fuerza nombrada Nuestra Señora del Portillo, participo a V.E. que, consiguiente a su orden para que dedique todos mis desvelos a incomodar y hacer el posible daño del enemigo, salí a las dos y media de la tarde de este día con mi dicha lancha aguas arriba, disponiendo que los individuos que tiraban de la sirga llevasen sus fusiles a la espalda, y que el cañón y obuses fuesen en disposición de hacer un pronto fuego, con todas las demás precauciones conducentes a evitar sorpresa.

En efecto, al llegar frente al Soto de Mezquita y de la batería que el enemigo tiene a espaldas del Castillo, hice amarrar la lancha. La tripulación, que es aragonesa, salió hacia dicho bosque, batiendo con el mayor denuedo a los franceses que en él había, los que, a pesar del corto número que se componía dicha tripulación, fueron rechazados hasta mucha distancia, retirándose aquella convencida del buen resultado de la acción. Luego que se rompió el fuego de la artillería, correspondió el enemigo con solo tres balas rasas, una después de la otra, las que pasaron la primera muy baja por encima de la lancha, y las otras dos a muy corta distancia de esta, lo que me hizo creer se hallaba ya imposibilitado de continuar el fuego, mas no podía advertir en razón de la niebla el daño que se les causaba: seguí el fuego, variando algo la puntería a fin de recorrer toda la batería enemiga, hasta que, concluidas todas las municiones, se me hizo indispensable partir en retirada, la que auxilió con un pronto fuego la batería de Sancho”.

 

Las similitudes con la salida del día 10 son muy grandes, también aquí hubo espectadores o, mejor dicho dada la intensa niebla existente, oyentes situados en los pretiles y las orillas del río. También la operación estuvo perfectamente coordinada con la batería de la puerta Sancho que entró en fuego para proteger la retirada.